Dentro de las industrias gráficas, las pruebas forman una parte muy importante dentro del proceso de control de calidad y son necesarias para sellar el acuerdo entre cliente y empresa.
La ausencia de pruebas fiables de color y su corrección o aprobación por parte del cliente pueden ser un grave contratiempo en el proceso. Un error detectado al finalizar el trabajo o incluso durante la tirada, puede ser imposible de corregir debiendo repetir nuevamente todo la producción con el enorme gasto de papel, tinta, horas de personal y máquina que supone.